Los avances en genética han transformado la medicina reproductiva. Hoy es posible analizar los embriones antes de su implantación para detectar alteraciones cromosómicas o prevenir enfermedades hereditarias graves. Sin embargo, la pregunta que muchas personas se hacen es: ¿hasta dónde se puede llegar legalmente?
En España, la selección genética está permitida, pero bajo condiciones muy específicas. No se trata de una práctica libre ni utilizada para fines estéticos o de preferencia personal, como elegir el sexo del bebé o sus características físicas. Está regulada por la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida, que establece con claridad los supuestos en los que puede aplicarse.
Comprender esta normativa es esencial para quienes están considerando un tratamiento de fecundación in vitro con diagnóstico genético preimplantacional (DGP), ya que combina aspectos científicos, éticos y legales que protegen tanto a las familias como a las futuras generaciones.
Qué es la selección genética y para qué se utiliza
La selección genética —también conocida como diagnóstico genético preimplantacional (DGP) o PGT (Preimplantation Genetic Testing)— es una técnica que permite analizar los embriones obtenidos mediante fecundación in vitro antes de transferirlos al útero.
Su objetivo es identificar posibles alteraciones genéticas o cromosómicas que podrían provocar enfermedades graves o impedir el desarrollo embrionario. De esta manera, se transfieren únicamente aquellos embriones que presentan un perfil genético compatible con un embarazo saludable.
El proceso combina varias etapas: se realiza una fecundación in vitro, se deja que los embriones se desarrollen hasta el estadio de blastocisto (día 5 o 6), se extraen unas pocas células para analizar su ADN, y los resultados determinan qué embriones son aptos para la transferencia.
Esta técnica ha supuesto un enorme avance para parejas con antecedentes genéticos familiares, fallos repetidos de implantación o abortos de causa desconocida. En el artículo sobre test genéticos y diagnóstico preimplantacional: ¿cuándo es recomendable? explicamos con detalle en qué casos clínicos puede indicarse.
Qué dice la Ley 14/2006 sobre la selección genética
La legislación española permite la selección genética, pero únicamente con fines terapéuticos o preventivos. Esto significa que solo puede aplicarse para evitar la transmisión de enfermedades graves, diagnosticables y con una alta probabilidad de manifestarse.
La Ley 14/2006 establece que el diagnóstico genético preimplantacional puede autorizarse en los siguientes supuestos:
Para detectar enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y sin tratamiento curativo eficaz.
Para analizar alteraciones cromosómicas que puedan causar infertilidad, abortos de repetición o fallos de implantación.
Para seleccionar embriones compatibles con un hermano o hermana enfermos, con el fin de realizar un trasplante de células madre que pueda salvar su vida.
En todos los casos, el procedimiento requiere la autorización previa de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRHA), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad. Esta comisión evalúa cada solicitud y determina si el caso cumple los requisitos médicos, éticos y legales.
Por qué la ley pone límites
Los límites que establece la ley no son arbitrarios. Su finalidad es evitar el uso de la genética con fines no médicos, como la selección de sexo por preferencia, la elección de rasgos físicos o la creación de lo que se conoce popularmente como “bebés a la carta”.
España, al igual que la mayoría de países europeos, mantiene una posición firme en defensa del uso responsable de la biotecnología. La norma prohíbe expresamente cualquier manipulación genética que tenga como objetivo alterar el patrimonio hereditario de las personas o crear embriones con fines distintos de los terapéuticos o reproductivos.
Estos límites buscan garantizar el equilibrio entre el avance científico y el respeto a la dignidad humana. En este sentido, la selección genética solo se permite cuando su finalidad es médica y cuando ofrece una solución real a un problema de salud grave.
Cómo se solicita la autorización
Cuando una pareja o persona requiere un DGP por riesgo de enfermedad genética, la clínica de fertilidad debe presentar un informe ante la CNRHA. Este documento incluye la historia clínica, los antecedentes familiares, la descripción del riesgo genético y la justificación médica del procedimiento.
La comisión estudia cada caso individualmente y, si lo aprueba, autoriza la aplicación del diagnóstico genético. Solo entonces se puede proceder a realizar la fecundación in vitro y el análisis embrionario.
Este proceso garantiza que la técnica se utilice de forma ética, transparente y dentro de los parámetros médicos aceptados. La decisión se comunica tanto al centro médico como a los pacientes, y los resultados del tratamiento quedan registrados en el Sistema Nacional de Reproducción Humana Asistida, que supervisa todas las actuaciones en el país.
Tipos de diagnóstico genético permitidos en España
La ley contempla varios tipos de estudios genéticos que pueden aplicarse en el marco de la reproducción asistida:
PGT-M: detecta enfermedades monogénicas (causadas por una mutación específica), como la fibrosis quística o la distrofia muscular de Duchenne.
PGT-SR: analiza reordenamientos estructurales de los cromosomas, como translocaciones o inversiones, que pueden provocar abortos de repetición.
PGT-A: evalúa alteraciones numéricas en los cromosomas (aneuploidías), que suelen estar detrás de fallos de implantación o alteraciones embrionarias.
El uso de estos estudios debe ser siempre indicado por un especialista en genética reproductiva y realizado en laboratorios acreditados. Las clínicas deben contar con personal cualificado y protocolos de calidad supervisados por las autoridades sanitarias.
Consideraciones éticas y sociales
La selección genética plantea preguntas éticas complejas. Por un lado, permite evitar enfermedades devastadoras y aumentar las posibilidades de tener un hijo sano; por otro, genera debates sobre los límites de la intervención humana en la vida.
En España, el consenso médico y ético sostiene que el uso del DGP es una herramienta de salud pública, no de diseño genético. Su objetivo es prevenir el sufrimiento asociado a patologías graves, no modificar la herencia o las características del ser humano.
La legislación española también garantiza el respeto a la confidencialidad de los datos genéticos y prohíbe su uso con fines discriminatorios o comerciales. De esta forma, se protege tanto la privacidad de los pacientes como los derechos de las personas nacidas mediante estas técnicas.
En algunos casos, cuando la enfermedad hereditaria impide el uso de óvulos propios, la ley permite recurrir a la donación de gametos, una opción segura y regulada que explicamos con detalle en el artículo sobre ovodonación: cómo funciona la donación de óvulos.
Un equilibrio entre ciencia, ética y libertad reproductiva
España ha logrado mantener un equilibrio entre la libertad reproductiva, la seguridad médica y la responsabilidad ética. La Ley 14/2006 y las resoluciones de la CNRHA han permitido que la selección genética se aplique de forma controlada y con altos estándares de calidad científica.
El resultado es un modelo que ofrece esperanza a miles de familias afectadas por enfermedades hereditarias sin abrir la puerta a usos inapropiados de la biotecnología. Entender sus límites y posibilidades es fundamental para quienes consideran esta opción dentro de un tratamiento de fertilidad.
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